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Blog de Belén Serrano

Trayectoria

Sentirse madre

Con este artículo pretendo transmitiros el sentimiento de Amor tan intenso que tengo por mis hijas.

Me encuentro en situaciones en las que experimento un apego especial, un deseo de correr para estar con mis niñas y disfrutar con ellas. Con el paso del tiempo, se acrecienta el conocimiento y la complicidad con ellas y observo tanto su crecimiento como la mejora de la relación con nosotros, los papás. Es una adaptación y reajuste del sistema que es la familia. Ya no somos dos miembros, ahora somos cuatro. También es muy bonito observar a la pareja en relación con ellas, ver cómo desarrollan otro tipo de relación diferente a la que mantienes tú y cómo se buscan para realizar otras actividades.

Quería compartir con vosotros esta sensación, que siempre me habían contado, pero nunca había comprendido.

Vacaciones en familia

Pasar un mes de vacaciones con la familia es un lujo hoy en día. Poder disfrutar durante las 24 horas del día de tus hijas y de tu pareja es una oportunidad de conocimiento de todos, de enriquecimiento, el ver crecer a las niñas, sentirlas cerca, compartir sus alegrías y frustraciones. En esta sociedad en la que el niño entra en la guardería tan temprano es complicado hacer coincidir horarios de ocio con la familia. El lugar es lo que menos importa y como los viajes son pesados para los pequeños, lo mejor es recurrir a destinos nacionales. Es curioso ver cómo en la playa los horarios que siguen los padres con niños son totalmente diferentes a los que siguen los jóvenes o las parejas con hijos mayores. A las 10 de la mañana como tarde ya tienes todo preparado para salir de casa y a las 9 de la noche tienes que volver a no ser que tengas un niño tranquilito que se duerme en la sillita sin llorar. Lo que también es curioso es que el acercamiento del niño a los niños de los demás, ayuda a que los adultos entablen conversaciones sin conocerse de nada. Estableces una vida social nueva y diferente, cuya temática suele ser obviamente el día a día de los pequeños.

Al contrario de lo que se oye en los medios de comunicación sobre la separación de las parejas en el período estival, puedo decir que el verano es un buen momento para compartir en familia.

La ciudad de los niños

Siempre había tenido la motivación de conocer países en desarrollo. Estando en Madrid, estaba mirando un día los clasificados de un periódico de la Universidad y encontré una oferta para irse como voluntario a otros países. Lo organizaba Fundación Idente. Una organización nueva para mí que durante un fin de semana nos explicó los proyectos que tenían. Nos seleccionaron a 5 chicas de 20 a 30 años para ir todo un verano a "La ciudad del niño Jesús". Este es un hogar donde 120 chicos huérfanos de La Paz, Bolivia, viven, estudian y trabajan.

En mí caso, la atención que debía proporcionar estaba dirigida a tres ámbitos: el educativo, el psicopedagógico y el de tiempo libre. Durante la semana, apoyábamos el trabajo escolar y por las tardes, ayudábamos con los deberes y otras tareas como cortar el pelo, organizar los armarios, limpiar, etc. Durante el fin de semana, hacíamos excursiones con ellos.

Una experiencia enriquecedora, que me ayudó a conocer otra realidad, a valorar lo nuestro y a decidir hacia donde quería encauzar mi vida en ese momento.

YMCA

YMCA es una organización internacional que fue fundada en Inglaterra en el año 1844 y está presente en más de 120 países. Para realizar las prácticas de monitor de tiempo libre, esta asociación que estaba recién inaugurada en Zaragoza, me dio la posibilidad de coordinar actividades con niños en un colegio de la margen izquierda del Ebro.

Y a partir de ahí, con el grupo de amigos monitores que estábamos colaborando tuve la posibilidad de acceder a muchas experiencias de voluntariado: Campamentos en Vermont (Estados Unidos), campamentos en Newcastle (Irlanda del Norte), campamentos en el Pirineo aragonés y durante el año, los fines de semana realizábamos actividades extraescolares para los niños de los colegios.

Luego, llegó el momento de colaborar con esta asociación como profesora. Empecé a impartir sesiones de psicología en los cursos de monitores y directores de tiempo libre. Todo esto era un complemento a mi formación académica. En esa época, nadie cobraba por lo que hacía y te parecía lo normal. Te daba la sensación y así es, de que siempre recibes más de lo que das.

Por todo ello, sólo tengo que agradecer a la Asociación la oportunidad que me brindó y animarles a continuar para que más jóvenes puedan beneficiarse de estas experiencias.

Monitor de Tiempo Libre

Cuando tenía 18 años realicé el curso de monitor de tiempo en la Escuela de Tiempo Libre SAL y me abrió la posibilidad de conocer el mundo de la educación no formal.

Realizar el curso de monitor de tiempo libre cuando eres joven te da la oportunidad de conocer experiencias y gente de otro ámbito diferente al de tu familia y a los compañeros de curso. Se aprenden conocimientos sobre naturaleza, educación, trabajo en equipo, juegos, excursiones, etc. en un contexto de convivencia con el grupo. Te da la oportunidad de aprender a liderar, a ser responsable de un grupo de niños y niñas que van a aprender de tí.

Puedes realizar las prácticas de diferentes maneras: en un campamento de verano, en un club de tiempo libre, en una ludoteca...siempre desde una entidad que te tutorice.

Todos los años, en el mes de octubre, el Instituto Aragonés de la Juventud edita una revista "La Carpeta" en la que refleja todos los cursos de monitor y director de tiempo libre que ofertan las entidades aragonesas.