Blogia
Blog de Belén Serrano

Investigación

LA COMUNICACIÓN NO VERBAL DEL PROFESOR

Álvarez de Arcaya, H. (2004). Influencias de la comunicación no verbal en los estilos de enseñanza y en los estilos de aprendizaje. Revista de Educación Nº 334, 21-32
Este artículo nos ofrece una revisión bibliográfica sobre aspectos relacionados con la interacción y la comunicación en el aula. La autora intenta identificar a través de diferentes investigaciones cómo los estilos de enseñanza del profesor y los estilos de aprendizaje del alumno influyen en el rendimiento final de este último. Y, en concreto, cuando trata los estilos de enseñanza del profesor se centra en los aspectos relacionados con la comunicación no verbal a la que denomina “non verbal immediacy”, lo que sería en español “la proximidad”.
La autora explica cómo se han detectado las diferentes variables predictoras del rendimiento en el alumno desde la psicología (determinantes personales), la sociología (determinantes del contexto y la familia) y la pedagogía (determinantes del proceso educativo e instructivo).
Los estilos de enseñanza. Cuando habla de estilos de enseñanza Alvárez de Arcaya hace alusión a aquellos aspectos que hace el profesor que pueden influir en el aprendizaje en el alumno. En concreto, define la comunicación no verbal cómo aquellos aspectos no verbales que influyen en lo verbal para darle mayor énfasis y que pretenden reducir la distancia física y psicológica entre profesor y alumno. Se ha estudiado que esta proximidad mejora el agrado del alumno hacia el profesor y hacia la asignatura y actúa directamente en la motivación hacia el estudiante. Al estar más motivados, los alumnos pasan más tiempo estudiando la asignatura y rinden más, siempre y cuando en este proceso, acompañen las capacidades intelectuales del alumno. Los estudiantes que ya están motivados no mejoran ni su motivación ni su rendimiento, pero los estudiantes que presentan una motivación media o baja, aumentan su motivación al estudio con profesores próximos.
Los factores que se tienen en cuenta para medir el concepto de proximidad están relacionados con la mirada, la sonrisa, los gestos, la distancia física, el volumen de la voz, etc. y, en concreto, se estudian los efectos del entorno, el territorio y el movimiento. Algunos autores trabajan sobre tres aspectos para evaluar las categorías a tener en cuenta, como son la elección de asientos, la represión del movimiento y conversación, y la lección magistral. Otros autores establecen otras clasificaciones en las que incluyen también los aspectos paralingüísticos como el tono, el ritmo, el timbre, etc.
Los estilos de aprendizaje. Las características que influyen en los alumnos, estudiadas en interacción y comunicación en el aula, son cognitivas, afectivas y psicológicas. Se pretende valorar cómo afectan los estilos de enseñanza del profesor en los estilos de aprendizaje de los alumnos. De este modo, si los profesores conocen todas estas variables es más adecuado que diseñen las tareas acordes a su aula y puedan ser capaces de individualizar la enseñanza con todos sus alumnos. Diversos autores han estudiado y esquematizado los diferentes aspectos de los alumnos considerados importantes a la hora de aprender.
Relación entre el rendimiento y los estilos de enseñanza y aprendizaje. Considerando que los alumnos tienen diferentes tipos de personalidad, se ha valorado la existencia de variables influyentes sobre cómo cada tipo de personalidad ayuda al aprendizaje en función de cada estilo de enseñanza.
Además, los estilos de enseñanza más interactivos influyen más en los alumnos facilitando la colaboración, la participación y la independencia, en contra del estilo de enseñanza más formal que promueve la competitividad entre los alumnos.
La autora propone seguir investigando en el futuro aspectos vinculados a esta relación de forma empírica para mejorar los estilos del profesorado y, por consiguiente, influir de forma más positiva en la motivación y en el rendimiento de los alumnos.




Ser optimistas tiene ventajas

Existen estudios en los que se valora la importancia del optimismo en la población general como beneficio para la salud. Sin embargo, había sido menos estudiado el efecto del optimismo y su relación con la salud generada por estresores diarios. Se plantea que si el optimismo se relaciona por separado con el estrés y con la salud, también existirá covariación entre salud, estrés y nivel de optimismo.
Los autores se basan en la definición de optimismo disposicional dada por Scheier y Carver (1985). Ellos plantean que el optimismo es capaz de generar resiliencia y, en consencuencia, de amortiguar el estrés.
Otros autores demuestran también que las personas optimistas utilizan más estrategias de afrontamiento y menos de evitación y manifiestan mayor adaptación psicológica que las personas pesimistas (Solberg Nes y Segerstrom, 2006).
Cuando aumenta el nivel de estrés, los optimistas se ven menos afectados tanto en población general como en población clínica.
La investigación se plantea por la falta de existencia de datos en población adolescente.
¿Qué problema de investigación se ha planteado?
El principal objetivo es valorar si los adolescentes que muestran valores altos de optimismo disposicional amortiguan el efecto de los estresores cotidianos.
Al mismo tiempo pretenden valorar si la interacción entre optimismo y estrés pueden predecir la salud mental de estos jóvenes.
Breve análisis y comentario sobre el diseño de investigación.
El estudio tiene lugar en tres colegios concertados de China. Se evalúa a 345 chicos y chicas con una media de edad de 13´4 años, de los cuales 163 son chicos y 182 son chicas.
¿Qué resultados han encontrado y qué línea siguen respecto a la justificación del problema de investigación?
Después de aplicar análisis de regresión estadística, se observan dos líneas diferenciadas respecto a los jóvenes más optimistas y a los menos optimistas.
Los estresores de la vida cotidiana afectan más a aquellos que se muestran más pesimistas y afectan menos a los que se muestran más optimistas.
Valoración de la investigación desde un punto de vista aplicado en el ámbito educativo.
Estos resultados pueden hacernos pensar en la posibilidad de generar aprendizajes en los niños de la escuela primaria para que puedan mejorar su optimismo o su actitud vital ante la vida.

(Lai, J.C.L. (2009). Dispositional optimism buffers the impact of daily hassles on mental health in Chinese adolescents. Personality and Individual Differences, 47, 247–249)


¿Cómo reaccionamos las personas ante los acontecimientos traumáticos?

Siempre me ha parecido interesante aprender cómo las personas son capaces de afrontar acontecimientos negativos de sus vidas y, al mismo tiempo, aprender de ellos.
En mi trayectoria profesional y voluntaria me he encontrado con muchas personas con problemas muy graves. El afrontamiento de estas dificultades tanto de la persona como de su familia supone para el profesional un sentimiento de admiración, ya que el sufrimiento que se produce es muy grande. Me refiero a personas con diagnósticos de enfermedad mental grave, tales como psicosis, trastornos graves de la personalidad y afectivos por un lado, y por otro, personas afectadas por parálisis cerebral.
Es habitual encontrar a personas que han sufrido estrés postraumático derivado de accidentes de tráfico, muerte de seres queridos o catástrofes naturales. El modo de afrontamiento, tanto de la víctima como del familiar, requiere una reflexión sobre las emociones que generan en las personas con el objetivo de continuar con su vida. Vida, que en ocasiones, las mismas personas no quieren seguir debido a la situación tan dramática que están experimentando.
¿Cómo se enfrentan las personas a todos estos acontecimientos? ¿Cómo ayudan los profesionales a entender el sentido de lo que ocurre? ¿Quién decide sobre la vida y la muerte en situaciones dramáticas?
En psicología clínica y en psiquiatría existe el TEPT o trastorno de estrés postraumático. Se define por vez primera en el DSM-III R, en 1980, donde parece indicar que lo normal es que todas las personas que se exponen a un hecho traumático deberán sufrir este tipo de trastorno.
Sin embargo, la realidad no es así y las estadísticas lo demuestran. Los autores destacan dos casos recientes en el panorama histórico internacional como es el de la destrucción de las torres gemelas en la ciudad de Nueva York o el atentado terrorista en el tren de Madrid, capital de España. En los mismos, se expone cómo a pesar de ser grande el grupo de personas que sufren ansiedad, es pequeño el porcentaje de individuos que generan el trastorno psiquiátrico (TEPT). En el año 2004, en el atentado de Madrid, el porcentaje de personas que lo sufren es del 1,9%.
Para entender estos fenómenos, la psicología ha desarrollado modelos de vulnerabilidad y, debido a estos datos, los autores plantean desarrollar también modelos de afrontamiento de los hechos traumáticos. De hecho, ya en el año 1994, con la publicación del DSM-IV definen de otro modo el hecho traumático y no dan por supuesto que todas las personas reaccionen del mismo modo ante el mismo hecho.
De hecho así lo demuestran también diferentes investigaciones. Ya en el año 1975, Seligman valoró que los perros de su experimento que recibían choques eléctricos no reaccionaban todos del mismo modo. De hecho, algunos de ellos no desistían en intentos para evitar los mismos a lo largo del tiempo.
También existen experimentos relacionados con los supervivientes a tiroteos en lugares públicos o a catástrofes sufridas debido a terremotos. En los mismos, los porcentajes de sufrir el trastorno por estrés postraumático son en mujeres del 36% y en hombres del 20%.
En el año 2005, Bonnano y colaboradores definen cuatro tipos de reacciones diferentes sobre los traumas, valorando que la resiliencia (o la capacidad para afrontar estos acontecimientos) la alcanzan entre el 35 y el 50% de las personas.
(Apreciaciones del capítulo 18 del libro de Fernández-Abascal, E. (coord.) “Emociones positivas” Ed. Pirámide. Madrid, 2009. Está escrito por Carmelo Vázquez, Cristina Castilla y Gonzalo Hervás, todos ellos pertenecientes a Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid).

Los adolescentes inteligentes no son raros

Los adolescentes inteligentes no son raros Borges del Rosal, A; Hernández-Jorge, C; Rodríguez-Naveiras, E. Evidencias contra el mito de la inadaptación de las personas con altas capacidades intelectuales. Psicothema 2011, vol 23 (3, 362-367)

El objetivo de esta investigación es contrastar la relación entre altas capacidades o superdotación y adaptación personal y social en un muestra de 2.374 adolescentes de cuarto de ESO.
Analizan diversas investigaciones sobre la temática. Se basan en que la adaptación personal y social está relacionada con el concepto de autoestima y atribución interna del éxito y fracaso.
Existen dos concepciones definidas sobre esta temática en la literatura. Los que abogan por mantener el estereotipo de chicos y chicas “diferentes” y no adaptados a nivel social relacionada esta inadaptación a su alto Cociente intelectual y los que, como los autores de este estudio, mantienen que no hay evidencia de esta relación.
En la revisión de la literatura basan estas discrepancias de resultados a las diferentes concepciones evaluativas y metodológicas, así como a las variaciones en la selección de la muestra. Por ejemplo, es normal que si la selección de la muestra con personas de altas capacidades la haces en aquellos que han acudido a una consulta clínica solicitando ayuda, el resultado sea que estas personas tienen problemas conductuales o clínicos de algún tipo.
APORTACIONES MÁS DESTACADAS
El diseño metodológico es cuantitativo. Se ha seguido una metodología selectiva con un diseño transversal. Las variables independientes son el ajuste personal y social y el nivel de inteligencia de los adolescentes.
Debido a lo descrito en el apartado anterior, los autores de este estudio consideran que la selección de la muestra es fundamental y parten de un amplio número de estudiantes de la población normal.
Establecen un criterio psicométrico como procedimiento de criba, basado en el Test Dominó D-48 (Anstey, 1959) como prueba colectiva, que mide fundamentalmente el factor g de la inteligencia general. El punto de corte de separación entre unos alumnos y otros, lo establece el CI de 130 que supone dos desviaciones típicas por encima de la media.
A partir de estos datos, se establece una sub-muestra, en la que se valora el ajuste personal y social a partir de otra prueba colectiva llamada Test Autoevaluativo multifactorial de Adaptación Infantil (TAMAI; Hernández, 1983).
La muestra también contempla alumnos de colegios de tres tipos: público, privados religioso y privado no religioso.
En el análisis de los resultados tienen en cuenta también el sexo y se demuestra que esta variable en relación con la hipótesis no es estadísticamente significativa.
El análisis de los datos cuantitativos se ha realizado con análisis multivariados de la varianza, así como la regresión múltiple realizados con el programa SPSS en su versión 17.1.
LIMITACIONES
Así como ya he comentado que la mayor ventaja es la muestra amplia y heterogénea con la que se cuenta, el hecho de valorar la inteligencia general solamente a través de una medida supone su mayor limitación. La razón por la que no se hace es el coste que supone administrar más instrumentos en una muestra tan amplia.
Se deberían relacionar más medidas de inteligencia, no sólo psicométricas, para contrastar los resultados expuestos en la investigación.
INVESTIGACIONES RELACIONADAS CON ELLA
En este estudio se pretende terminar con el mito de que, por el hecho de ser muy inteligente, obligatoriamente el joven deberá ser un inadaptado. Para ello, contrastan la literatura existente con anterioridad. Y en la misma encuentran resultados contradictorios. Basan esta contrariedad en diferentes enfoques conceptuales y metodológicos, relacionados principalmente con la medición de la inteligencia y con la selección de la muestra.
La línea seguida por los autores de esta investigación comienza con los estudios de Terman del año 1959 en la que se valoraba que los niños de cualquier cociente intelectual son tan adaptados como el resto de sus compañeros.


Familias que funcionan

Familias que funcionan Los resultados de este estudio corroboran la hipótesis de la disminución del consumo de drogas en adolescentes a través de la participación familiar en un programa. El hecho de formar a los padres en habilidades parentales para prevenir el consumo de sus hijos, mejorar la relación, supervisar su comportamiento de forma adecuada, poniendo los límites, etc. confirma la eficacia en la disminución del consumo en los hijos.
Los autores plantean mejorar las estrategias para que las familias participen más en este tipo de programas, ya que los padres siempre dicen que están preocupados por estas situaciones pero muchos de ellos no asisten a las convocatorias ofertadas.

Errasti, J.M., Al-Halabí, S., Secades, R., Fernández-Hermida, J.R., Carballo, J.L. y García-Rodríguez, O. (2009). Prevención familiar del consumo de drogas: el programa familias que funcionan. Psicothema, 21,1, 45-50.

¿Qué problema de investigación se ha planteado?
Evaluación de un programa familiar sobre prevención de drogas en alumnos de 1º y 2º de secundaria en población española, en concreto en 4 IES de la zona de Asturias.

Breve análisis y comentario sobre el diseño de investigación.
Considero que el modelo teórico en el que se basan es muy bueno, fundamentado a nivel internacional por la OMS y coordinado con la Fundación contra la Drogradicción.
No se especifica adecuadamente cómo se validan los cuestionarios que ponen en marcha.
Es una limitación muy importante la falta de participación de las familias en el programa, solamente un 6,84% de las previstas.
El diseño es adecuado, basado en la metodología cuantitativa. Pone en marcha un grupo experimental y un grupo control, asignando los participantes de forma aleatoria, incluyendo medidas pretest y postest y estas últimas también a un año y dos años de seguimiento.

¿Qué resultados han encontrado y qué línea siguen respecto a la justificación del problema de investigación?
Los resultados han encontrado diferencias significativas en relación a las sesiones de participación en el programa por parte de las familias, en relación a la disminución del consumo de drogas, así como la mejora de los factores de protección familiares (mejora de los lazos afectivos).